Los grupos de Whatsapp
La idea es encontrarnos. Un foro, un sitio de reunión.
Pero siempre hay alguien que habla de algo para lo que no fue creado el grupo y entonces se convierte en una clase del profesor Jirafales.
Controlar un franco tirador oculto desde su teléfono es complicado. Si le respondes te sube al ring. Si no, queda la esperanza de que su propuesta se extinga en unos minutos.
Reglamentar es una opción, prohibir, sancionar, llamar al orden. Pero eso es desgastante.
Existen unos modales para comportarse adecuadamente en un grupo de Whatsapp. Son como las reglas para no cometer indecencias en la mesa.
La verdad, es que poner muchas reglas agria la sabrosura de un grupo. Tenemos necesidad de comunicarnos, compartir nuestras ideas, incluso sentirnos relevantes con ellas. Aunque a nadie le importe.
Por ahora, me voy a concentrar en leer más en estos grupos. Y cuando intervenga advertiré cual es el motivo de mi mensaje.
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