Por fin gané algo

 El otro día compré la lotería, con el anexo, por si no era el gordo, por lo menos unos 7000 millones decía mi mente.

Durante 48 horas hice cuentas, la lista de mis mejores familiares y amigos, a los que iba a sacar de problemas y los sumé en la repartición de departamentos.

Incluso consideré el anonimato para que la balanza del amor no estuviera afectada por el regalo y muestra de cariño. 

Llegó el momento del sorteo, pero la emoción no me permitió verlo en directo, decidí esperar hasta el lunes cuando el resultado fuera publicado en todos los medios. 

Adivine… Le pegué a la serie, pero ninguno de los otros números. 

Es posible que sea una señal del universo que me acerca cada vez más al premio gordo. 

Algo en mi dice: -Sigue intentándolo. 

Pero otra señal ha llegado repetidamente a mi celular. 

Insistentemente una empresa me ha seguido durante semanas para notificar que: 

-Usted ha sido beneficiado por nuestro sistema. Es el feliz ganador de nuestro servicio de triple play hogar. 

Si ve. 

No hay que ser pesimista. El vaso está medio lleno y el universo me está hablando. 

Sí soy el ganador de algo.

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