Desenterrando una historia

 

vie, 15 mar, 8:42

Solo había contado esta historia dos veces. Algunas personas que leen este mensaje no me dejarán mentir. 

 

Desde la Revista Gestión Solidaria hicimos a mano alzada una lista de tasas de interés. Fue una semana llamando a cooperativa por cooperativa y con cierta desconfianza nos dieron la información en 94 empresas, otras 80 preguntaban para qué o simplemente decían que debíamos ir hasta su oficina. 

 

A los pocos días una de esas empresas anunció en nuestra páginas. Lo que coincidía con el dato dentro del cuadro de Excel. 

 

Ahora sí empieza el viaje. 

 

La producción eran 22 cajas de 21 kilos, cada una llena de revistas, Pero nos devolvían paquetes, durante el mes, gota a gota, hasta llenar cinco de las cajas. La revista más cara es la que está tirada en el piso. El proceso me llevó a preguntarle al mensajero que pasaba. Me dijo que por la zona los distribuidores no paraban pues les robaban la moto. 

 

Ocho devoluciones eran del centro, especialmente del eje de la Carrera Décima. Aprovechando que iba para el Tequendama tomé las últimas ediciones y me hice a la misión de entregar algunas. Las que quedaban cerca a los juzgados ya las llevaríamos en otra ocasión. Estos habían pagado la suscripción. 

 

Entre la 22 a 23 con la décima hay una puerta angosta, tercer piso, algo oscuro. La señorita me dijo: - Espere, el jefe quiere hablar con usted. Pase a la segunda parte de la oficina una separación de una pared falsa de vidrio y madera, como la de los abogados. Sobre el escritorio 12 Sufragios. Un tipo grande me saludó con efusividad. 

 

Señor grande: -¿Esto que dice en su revista es verdad? Sacando un ejemplar del cajón izquierdo. 

 

Alfredo  - Sí señor, respondí. 

 

Señor Grande: -Llevamos meses siguiendo a varias empresas. Con ellos tenemos unos CDT, con estos pagamos los servicios de nuestros pensionados y el viaje de fin de año. No los ponemos a rentar por el año entero porque queremos ver cómo se comportan, pero con ustedes ya llevan varios meses. 

 

Como yo tenía afán me despedí. 

 

En la puerta pregunté, con un pie afuera: ¿Y de cuánto son los CDT? 

 

Son cuatro, cada uno de 1.500.000.000 pesos. 

 

Me fui pensando, algo bueno estamos haciendo.

 

Nota de agradecimiento: No me acordaba, pero gracias al chat de la funeraria, la que queda por la 100 arriba de la Autopista, puede completar el texto. No encontraba la palabrita: Sufragio

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