Lecciones de la abuela
Mi mamá, la mujer más rápida sobre el teclado de cualquier máquina de escribir, delegó en mi Abuela la administración de la cocina de la casa. Hoy voy a hablar de la mayor. Tenía la habilidad de no repetir menú en un período de 15 días, incluso al descubrir los gustos de cada comensal hacía pequeñas variaciones para cada uno. Eran momentos en que nos reuníamos en una sola mesa. Sabía los precios de cada tienda a dos barrios a la redonda y la calidad dependiendo de la necesidad. Esta idea se atravesó en mi cabeza ayer y al ir a comprar unas cosas en el supermercado cercano, decidí dejar la pereza y caminar hasta el barrio del lado donde está el granero, con precios para el pueblo. La Abue tenía razón, el billete alcanzó para más cosas, hasta compré una bolsa de plástico. De esas que cobran para salvar el planeta.